“Después de todo un año
esperando, el día 31 de marzo volvimos otra vez a reunirnos. Volvimos a sentir
cosquillas y emoción incluso al ver de nuevo a todos nuestros amigos.
Es algo diferente, ¿no
creéis? Pensar que tienes todo un fin de semana para hacer un montón de cosas:
reír, disfrutar, conocer a nuevas personas que se convertirán en amigos, saltar
de alegría, chillar de felicidad… Pero, en mi opinión, a pesar de todas las
buenas experiencias que vivimos, hay una que destaca: aprender a escucharte a
ti, y sobre todo, a Dios.
Para mí, el CT no es un fin
de semana, son momentos de felicidad que vives durante tres días”.
CARMEN DEL RIO