sábado, 2 de agosto de 2014

Testimonios y experiencias del camino...

Mi testimonio de estos días podría reducirse a una palabra: gracias. Gracias por hacer que en estos diez días me haya conocido a mí misma mucho más de lo que pensaba. Ir con unas perspectivas hizo que volviera con otras, pero todas y cada una de ellas increíbles.  Han habido días mejores que otros, unos más duros, otros menos, pero de todos ellos me llevo algo positivo: el afán de superación de cada uno de nosotros, nuestras ganas de seguir, de mejorar lo vivido. Y es que venimos de distintas partes de España, cada uno de nosotros tiene distintas ilusiones, preocupaciones y ambiciones; pero si algo teníamos claro era que queríamos seguir, seguir hasta llegar donde hiciese falta. Si no hubiésemos sido un todo, las cosas hubiesen sido diferentes, pero lo hemos hecho a lo grande: hemos logrado ser una pequeña familia. Una pequeña familia de la que me llevo grandísimos recuerdos y grandísimas personas: al que nunca ha perdido la sonrisa, al que jamás ha dejado de preocuparse por todos, al que daba todo de sí, al que conseguía hacerte reír aun cuando no había motivos, al que sin palabras te demostraba todo, al que tiraba de ti y te comprendía, al que preguntaba cada segundo cómo estábamos, al que nos mantenía contentos todos los minutos del día, al que te daba consejos y no te dejaba caer, al que el cansancio no le podía, al que le podían las ganas de venir, al que solo le hacían falta minutos de reflexión, a los nuevos que parecen uno más, al conocido que sigues conociendo, al que te da un abrazo sin venir a cuento, al que te pide besos y te hace ser feliz, al que nunca se ha ido de tu lado a pesar de los pesares, a las amigas incondicionales que jamás cambiaría por nada. A los nuevos y a los no tan nuevos: gracias por hacer esto posible. Ojalá nunca perdamos la ilusión con la que hemos vuelto.
Una valenciana que necesita más días como estos.

Aránzazu Iraeta

No hay comentarios:

Publicar un comentario